viernes, 12 de octubre de 2012

El imperio colonizado: Tradición trasnochada de banderas, pitos y flautas. Monarquías decadentes.

La televisión muestra la izada de la bandera roja y gualda, que representa a una porción de españoles, aquellos que creen ser más españoles que otros.
Ellos dicen: "Hay que sentirse orgullosos de ser españoles". Y mueven sus banderitas de plástico. Mayores y jóvenes, quien sabe si estarán en el paro, si estarán a punto de perder sus pensiones, si tendrán un contrato basura.

El rey "pasmado" y "caído" susurra al presidente de los banqueros que los nacionalistas catalanes están "aguando" su fiesta, mientras un estratégico micrófono lo hace público para el aplauso de los "españoles" y el pavor del resto.

El 15 M reivindica en las calles de Madrid la otra cara de la fiesta "de los españoles". Se denuncia la colonización, la violencia contra las comunidades indígenas de América, se reivindica el reconocimiento de la matanza indiscriminada.

Y vuelve a resurgir el patriotismo trasnochado de éste país, que reivindica su pasado Imperial, aunque ahora seamos una colonia más del FMI o Fábrica Mundial de Indigentes.

Parece que los que no nos identificamos con ese espíritu no seamos españoles. Tal vez sea así, yo nací en Andalucía, cuyos recursos son explotados por empresas transnacionales con patente en Cataluña, País Vasco, o Valencia.
Los nacionalistas catalanes y vascos reivindican su independencia, y muestran su desacuerdo con la imposición de la cultura española, que en realidad, es la cultura andaluza, pues además de los recursos nos robaron la identidad.
Así mezclan a la gitana con las mantillas, con los guardia civiles y  los símbolos fascistas.
Pero la gitana es una andaluza que tuvo que irse a Madrid a ganarse la vida como "monigote" de feria, cantando y bailando para sacar de la pobreza a su malograda familia.
Y el guardia civil es un andaluz en paro, que abandonó el campo porque estaba seco o en manos de señoritos andaluces, que en realidad no eran andaluces, sino, gente de la aristocracia que tenía en Andalucía su lugar de "descanso y fiesta" pero hablaban con acento castellano.

Y en esto celebramos el 12 de Octubre, día en que Las Caravelas de los Reyes Católicos llenas de proscritos y malogrados andaluces, que no tenían donde caerse muertos, dirigidos por el "pesetero" de Colón, arrivaron a América, encayando en La Española. Porque el nombre de aquel lugar no les interesaba, como tampoco su gente. Allí solo veían oro, y tierras que colonizar.

Fue el principio de la masacre, que se generalizó en años posteriores en forma de levas forzosas de indígenas a los campos de trabajo; minas y cultivos de hacendados... trabajos forzados, familias segregadas, desde los abuelos hasta los nietos... ¡que mundo maravilloso lleno de riqueza y de mano de obra "animal"!

Miles y miles de muertos, porque la mayoría no volvía de aquellos campos de trabajo. Y nos deben, por lo visto, el hecho de haberles enriquecido con nuestra cultura. Hablan castellano. Los indígenas de los Andes se visten con el ropaje típico de Extremadura.

El día de La Hispanidad, el día de la desgracia para aquellos pueblos cuyo desarrollo autónomo fue perturbado por la invasión de los "dioses con cuerpo de caballo". El día del nacimiento de la "América Hispana", y también del resto Ámérica, tal cual la conocemos ahora, porque ellos existían antes, con otros nombres y con otra historia.

Me gustaría estar orgullosa de ser española, pero eso implica un cambio profundo en la idiosincrasia española. La asunción de valores solidarios, el respeto a los pueblos que nuestros antepasados maltrataron, el reconocimiento de los lazos culturales bajo las formas de la reciprocidad y la igualdad. Tenemos esa obligación para con América. Porque nuestra América comienza en las fronteras de México,  no habla en inglés, ni tiene emisarios en el FMI. Porque su ancestral desgracia es nuestra actual desgracia.

Hoy es 12 de Octubre, día del reconocimiento de la verdad histórica.