domingo, 12 de julio de 2015

La Nueva Política,la unidad popular y la perspectiva de cara a las elecciones generales.

Las pasadas elecciones han llevado a los parlamentos y consejos municipales dos modelos de organización política, englobadas en lo que denominamos "la nueva política", con estilos muy diferentes.

Por un lado, Podemos, como partido político, que a pesar de sentar sus fundamentos en conceptos de participación ciudadana bastante novedosos y haber introducido nuevos métodos en el que hacer político, por ejemplo; las primarias completamente abiertas a la ciudadanía, la participación directa mediante el sistema de iniciativas ciudadanas, el banco de talentos, el sistema de redistribución del sobrante de los salarios de los parlamentarios para desarrollar iniciativas ciudadanas o la apertura de los debates al exterior a través de las redes sociales, en la construcción de su aparato, sin embargo, ha reproducido el modelo organizativo jerárquico y vertical que ha sido propio de todos los partidos políticos tradicionales, entrando en una seria contradicción entre lo que predica y lo que realmente hace, pues el centralizado y jerarquizado aparato supone un obstáculo para la efectividad de todas esas novedosas herramientas que hacen de Podemos un partido distinto. De tal modo que Podemos, más que un modelo de nueva política o de nuevo partido político, es un modelo en transición hacia la nueva política. Obviamente, esto es un paso adelante pero no el paso adelante que muchos esperábamos.

Por otro lado las candidaturas de unidad ciudadana que han llevado a los ayuntamientos aire nuevo. Si bien la mayor parte del foco mediático se centra en sus líderes; Manuela Carmena, Ada Colau o el Kichi, lo más interesante de estas organizaciones es la diversidad que las ha hecho posible. Fueron el resultado de la negativa de Podemos a participar en las elecciones municipales, pero no del trabajo realizado por la ejecutiva de Podemos, sino del esfuerzo de muchas personas y colectivos por ponerse de acuerdo y encontrarse en un espacio común.
Estás han hecho propio el Código Ético de Podemos, eso si es cierto, y reproducen el nuevo estilo que inaugurase dicha formación que ya está calando incluso en viejas organizaciones. No es de extrañar que el debate de las primarias abiertas se esté ampliando a muchas formaciones.

Independientemente de las novedades que Podemos ha introducido en el panorama político y que nadie discute, tenemos un problema por delante de cara a las próximas elecciones, y ese problema es el carácter netamente conservador de la sociedad española. El pasado jueves asistí al acto organizado por Viento Sur "Tras las Huellas del Poder Popular" donde Jesús Rodríguez y Teresa Rodríguez hicieron una estupenda entrada para un debate sobre la necesidad de la unidad popular y cómo ésta habría de construirse. Y fue allí donde reflexioné sobre esto. España es un país con una carga histórica conservadora muy grande, debido primero, al carácter tradicional impreso en la sociedad con ideologías difundidas desde el poder, lo que llamamos cultura oficial, que se comienza a construir con el neogoticismo medieval, y se desarrolla durante la construcción de la nación española en la Edad Moderna con los Reyes Católicos, para, posteriormente alcanzar la cumbre en los tiempos del Imperio Español. Todo esto es una enorme mochila que lleva España encima, y que ha supuesto el mayor freno cada vez que desde algún sector de la sociedad se ha pretendido avanzar hacia una sociedad más progresista. Este freno existió a lo largo del S.XIX, cuando en toda Europa comenzaba ha desarrollarse el liberalismo como nueva forma política, y en España comenzaron a desarrollarse corrientes modernizadoras, laicas y republicanas. La misma oposición al cambio que hoy por hoy vemos en el mundo conservador, que en la actualidad defiende los postulados neoliberales, se dió entonces contra las "nuevas políticas" que eran vistas como destructoras de los fundamentos de la sociedad española (la Iglesia, la Monarquía, el Ejército y la Aristocracia). Y posteriormente, ya en el S.XX, cuando el constante trabajo de unidad popular realizado por las organizaciones republicanas, y los partidos y sindicatos obreros desembocó en el advenimiento de la República del 31. Aquella Constitución fue el reflejo de un enorme consenso entre grupos de enorme diversidad que fueron capaces de ponerse de acuerdo para iniciar un proceso constituyente. La Segunda República tuvo que enfrentarse también a la mochila conservadora de España representada en la Iglesia, el Ejército, la Aristocracia y la Monarquía. Lo que llaman desde los sectores conservadores conflictividad social no era más que la confrontación surgida de la resistencia de algunos sectores sociales al cambio contra aquellos que querían modernizar España. Y al final la Guerra.
Esa mochila ha impreso carácter en la población Española en términos globales, lo que genera un complejo de superioridad muy peligroso que impide a una gran mayoría de personas ser conscientes de que España necesita regenerar sus políticas hacia un sentido muy distinto del que se está haciendo.
A esto sumamos la profunda caricaturización que ha sufrido la izquierda por causas endógenas; Las organizaciones se han acomodado y han perdido su carácter combativo. La relajación de muchos políticos en sus formas de vida haciendo que su mensaje difiera en exceso de su estilo de vida, así como, la oxidación de las organizaciones por la falta de participación en ellas de sus bases y de los ciudadanos. Además de esto, el uso perverso que el PSOE ha hecho de la "etiqueta" izquierda, asumiendo durante años el papel de ser la única izquierda capaz de alejar el fantasma de "Franco" y del PP de nosotros, cuando en realidad pacta con el PP las políticas. Y el papel que Izquierda Unida ha tenido cuando pretendía arrastrar al PSOE a la izquierda a través de pactos que el PSOE ha traicionado sin complejos. Y exógenas, la fuerte campaña mediática que se hace contra las políticas de izquierdas usando etiquetas falaces "totalitarismo", "dictadura", "prohibición"...
La razón por la que PPSOE sigue manteniéndose a pesar de todo lo llovido, no es más que esa mochila, pues ambos partidos representan esa pesada tradición con la que no hemos sido capaces de romper.

Ahora se nos presenta un escenario complicado, con una fragmentación de la izquierda en diversos partidos. Una propuesta "Ahora en Común" que nace con la idea de aglutinarlas, frente a Podemos que nació con esa misma idea pero que hoy por hoy está lejos de poder llevarla a cabo debido a la cuestión explicada al inicio de esta entrada.

Podemos pretende que todos abandonen sus siglas y corran a participar en sus primarias y esto es una gran utopía o una falacia. Así mismo, bajo mi punto de vista, por mucho que se repita el mensaje sobre que "no somos izquierda sino pueblo", hay un enorme sector de la sociedad que votará de nuevo PPSOE y jamás votará a Podemos, y porcentajes pequeños pero importantes a la hora de contabilizar mayorías que votarán a esos otros partidos porque si quisieran votar a Podemos ya lo habrían hecho. 

Si miramos los porcentajes de voto a la izquierda en las pasadas elecciones son muy bajos en comparación con el voto conservador, de modo que los demás, las izquierdas y los que en lugar de izquierda se consideran pueblo deberemos entendernos de algún modo si queremos romper con este sistema destructivo.

Salud y República!