sábado, 28 de enero de 2012

De España a Españistán o Psicoanálisis (2ª Parte)

Terminé diciendo, en la anterior entrega, que tenemos un problema de identidad. Un complejo, o un delirio de grandeza.

Sigmud Freud desarrolló la técnica denominada "Psicoanálisis" en 1896, para tratar conflictos psíquicos. Se basa en el estudio de los comportamientos humanos en relación al estado de ánimo. Estudia los sueños y los delirios, los miedos y los deseos.

Yo no he ido nunca a un psicólogo ni he leído sobre psicología, pero hay algo que más o menos, comprendo. El primer paso para tratar un problema psíquico es reconocerlo. Toda enfermedad psíquica es concebida por el enfermo como algo intrínseco a su naturaleza, y por lo tanto, no siente la necesidad de curarla hasta que ésta genera algún tipo de consecuencia física. Por ejemplo, un trastorno alimenticio tiene su origen en la mente, pero sus efectos son físicos.

Existe también la psicología colectiva. De hecho, podríamos decir que el volgeist al que me referí anteriormente (en la primera parte), es un modo de explicar la psicología colectiva.

La psicología colectiva se construye a través de la experiencia y la vivencia, y esto engloba a todas las actividades que el hombre hace (hombre como concepto neutro de humanidad, que no quiero andar con esa moda de tener que especificar el género cada dos por tres). Ahí podemos meter las actividades económicas, las tradiciones, la historia, el arte, etc...

La historiografía marxista, a través de la Escuela de Annales, introdujo esta forma de analizar la Historia.

Pierre Vilar lo denominó Historia Total. Se basaba en la idea del análisis del motor de la Historia, de los procesos de cambio y de evolución, interrelacionado todas las actividades humanas.
El materialismo histórico explicó el motor de la Historia a través de las relaciones económicas de producción, sin embargo, Annales introdujo aspectos culturales y espirituales.
Esto quiere decir que un pueblo es la psicología colectiva de sus individuos, la forma en que estos perciben o comprenden su propia existencia, de acuerdo a todos los factores que rodean a ese colectivo y que componen su desarrollo histórico.

Si un individuo puede tener un trauma, como consecuencia de un conflicto entre su experiencia vital y la forma en que ha comprendido dicha experiencia. Un colectivo también puede desarrollar un trauma. Y un trauma puede derivar en un problema de carácter físico.

Un colectivo afectado por un trauma, debe primero superar ese trauma para poder curar su problema físico.

Nuestro trauma es nuestra negación de la realidad, nuestro delirio de grandeza. Nuestro problema físico son esas cosas a las que llamamos crisis y problemática social y económica.

domingo, 22 de enero de 2012

De España a Españistán. Primera parte.

Esta mañana, mientras desayunaba, ponían en la televisión una de esas tertulias matinales donde se insinúa todo pero nunca se dice nada.

No estaba prestando demasiada atención al asunto. Pasados unos minutos, fui a la cocina a por más azúcar, y en la lejanía televisiva escuché una frase que me hizo sonreir:

"Habría que plantearse la búsqueda de una democracia real"

Al fin, los cronistas de la Corte de Juan Carlos comienzan a aceptar públicamente un hecho que muchos españoles llevamos denunciando hace tiempo.
No vivimos en una democracia, o mejor dicho;"Lo llaman democracia y no lo es"

La historia imprime carácter, y nuestro país tiene el suyo propio.

Su rica tradición cultural y gastronómica, así como su mestizaje (aunque algunos piensen que somos blancos europeos, y hablen de los africanos, asiáticos o latino americanos como si fueran inferiores) se los debemos, precisamente, a dos causas; La inmigración, o trasvase de población desde otras áreas geográficas, y la colonización.
La Península Ibérica fue receptora de pobladores llegados desde Oriente Próximo durante la Proto Historia, y también colonizada por los diversos pueblos que con distinta intensidad y dispares medios explotaron sus recursos naturales y humanos.

Pero el devenir histórico es caprichoso, y fácilmente, se puede pasar de colonizado a colonizador, cuando la circunstancia así lo permite, y de colonizador a colonizado nuevamente.

La construcción de las identidades puede ser muy peligrosa, pero es verdaderamente útil para aglutinar movimientos políticos de muy distintos signos.

El  Neogoticismo Medieval  sirvió para construir la identidad española que aún conservamos. No hay más que escuchar a Cayetano Martinez de Irujo, cuya madre posee el título de hija predilecta en Andalucía.

El estado español, tal y como lo conocemos geográficamente, comenzó a configurarse durante los Siglos VIII y XV, a través del proceso histórico que ha sido denominado "Reconquista".

El concepto "reconquista" tiene una fuerte carga ideológica, pues está dando por hecho que el conquistador o invasor está legitimado para llevar a cabo su empresa, ya que no va a usurpar un territorio ajeno, sino que va a recuperar algo que fue suyo.
Para justificarlo aluden a un antepasado que es el "propietario" legítimo del territorio.
Los cronistas de la época establecían vínculos entre los Reinos Cristianos constituidos en la Península y el Reino Visigodo Hispano.
La conquista de los territorios peninsulares bajo las banderas de los Reinos Castellano-Leoneses, por un lado, y la corona de Aragón, por el otro, se hizo en torno a un ideario nacionalista que mezclaba religión y política. Su máximo exponente fueron los Reyes Católicos cuando propugnaron la unidad territorial y religiosa, que se tradujo en los últimos episodios conquistadores peninsulares, y la expulsión o castigo a todos aquellos que no profesaban la religiosidad oficial.
Luego, tras el "descubrimiento" de América les toco a otros pueblos y civilizaciones conocer la mano dura del invasor, los que estaban al otro lado del Océano. La aculturación se hizo sobre la base de aquella ideología centrípeta (unidad territorial, ideológica y religiosa) y con el objeto de servir a un interés económico.

El Imperio Español fue producto de la guerra y la invasión, e imprimió en nuestro devenir el carácter aristócratico y prepotente que aún no hemos perdido.

Si estoy contando todo esto es para que entiendan como se ha desarrollado el espíritu español, o como dirían los autores del nacionalismo del S.XIX, nuestro volgeist.
Los valores que se vinculan a nuestra idea de Nación no son valores progresistas, ni democráticos, ni solidarios, ni justos.
Son valores producto de una sociedad militarista e imperialista.

Este ideario sigue siendo el que impera oficialmente en todos nuestros medios de comunicación, el que impregna nuestra enseñanza, y el que, aún, sirve de base para conformar nuestra sociedad futura, a pesar de la asunción por nuestra normativa de la Declaración de los Derechos Humanos.

Es muy difícil educar a la sociedad en la solidaridad y la justicia social cuando a través del análisis histórico se está dando un mensaje muy distinto.
Cuando nuestras autoridades siguen tratando a las naciones que antaño fueron colonias de España como colonias, y no se reconoce el derecho de éstos de regir sus propios procesos políticos y económicos. Cuando se ingiere en sus asuntos internos usando la mentira, la manipulación y la propaganda.

La pervivencia de la ideología no viene acompañada, sin embargo, por la realidad social. España ya no es un imperio económico colonizador. Su estructura social y económica es la de un país dependiente económicamente y colonizado.

Vivimos una situación similar a la de los países del Tercer Mundo, ya que nuestras estructuras no son las de un país desarrollado.

El problema es que no lo aceptamos.

Es imprescindible reconocer las carencias y aceptarlas para poder cambiar las cosas. Pero nuestra cultura oficial nos impide realizar este ejercicio de saneamiento.







miércoles, 18 de enero de 2012

De las minis a los minis.




Si el final del Siglo XX se caracterizó por la aparición de las minifaldas y los minishorts, lo que permitió a las mujeres del mundo lucir los "muslámenes" sin complejos, el Siglo XXI trae otra clase de minis, no tan atractivos: Los mini-jobs.

¿Y qué diablos es esto?

Su traducción es mini trabajos. Consiste en contratos de no más de 15 horas a la semana, remunerados con un salario de 400 Euros.

Las "cabezas pensantes", ideólogas de éste tipo de empleos, son oriundas de  Alemania, y allí lo aplican desde el año 2003.

El Banco Central Europeo recomendó a España aplicar este "maravilloso" modelo para hacer frente al problema del paro, y la patronal, es decir, la CEOE, está muy de acuerdo con la banca en este punto concreto; pagar poco y ganar mucho.

El gobierno de Rajoy, por su parte, prepara una reforma laboral "muy cortita". Ya ha dicho que la va a sacar adelante con o sin Patronal y Sindicatos, lo que traducido al lenguage castizo de la derechona española significa, sin sindicatos.

Los que nos hemos "quedao" con un palmo de narices somos los miles de trabajadores españoles contratados mediante la forma contractual denominada "CONTRATO POR OBRA Y SERVICIO". Popularmente llamados "contratos basura" debido a la estabilidad que proporcionan. Vamos, ninguna.


Tanto los alemanes como el Banco Central Europeo desconocían por completo que España es pionera en el mundo del mini job.

Sin ir más lejos, yo hace unos años trabajaba para una empresa que me pagaba 450 Euros por trabajar ¡nada menos! que 20 horas a la semana.

Tan avanzados estamos en el sector I+E (Innovación+Explotación), que ya hay gente dispuesta a ofrecer los "super mini jobs". Trabajos de media jornada por mucho menos que 400 Euros.

Una conocida mía fue a una entrevista de trabajo, para una empresa de telemarketing, el contrato que le ofrecían era por tres meses, en una jornada parcial de 4 horas al día. El primer mes cobraría 100 Euros, pues sería de formación (¿cómo molestar por teléfono a partir de las 15 horas?), y más que nada para que no perdiera dinero en los viajes de ida y vuelta. El segundo  200 Euros y, ya, el tercero le ofrecían 300, más las comisiones por ventas, siempre y cuando la cosiderasen apta para la realización del trabajo.

Ella se quedó con la cara del color de un cirio y le dijo al encargado de la entrevista: ¿como quiere que trabaje por 100 Euros?

Encima tendría que aguantar la mirada inquisidora del individuo.

Tendríamos que decirles a estos ideólogos del Neoliberalismo que la esclavitud data de la Antigüedad.






lunes, 16 de enero de 2012

Prólogo.

 "En un mundo Libre" es la traducción al castellano del título inglés "It's a free world", de la película de Ken Loach.


La cinta, excelente y muy recomendable, aborda un drama social que afecta a la gran mayoría de las personas en el mundo capitalista y globalizado actual: La inestabilidad y la precariedad laboral.

Lo hace desde la perspectiva del explotador, quien a su vez, es otro explotado dentro de una larga cadena donde el último eslabón es el trabajador inmigrante.

Trata de las Empresas de  Trabajo Temporal o ETTs.

El título está relacionado con una de las escenas de la película, donde la protagonista pronuncia esta frase: But it's a free world!

Y me  sirve de excusa para dar nombre a este nuevo blog cuyo objeto es compartir con vosotros experiencias propias y ajenas que retratan a la sociedad de principios del Siglo XXI.