viernes, 20 de julio de 2012

No hay democracia si gobiernan los mercados. El derrocamiento de los dictadores en el mundo árabe.

Estos días me leo el libro escrito por Olga Rodriguez; YO MUERO HOY: LAS REVUELTAS EN EL MUNDO ÁRABE.












No se si ya lo he mencionado en alguna entrada anterior, si es así, me repito como el gazpacho, pues hasta el momento (aún no he terminado de leerlo), me está gustando bastante.
A través de esta obra, podemos adentrarnos, un poco más, en las circunstancias que desencadenaron la denominada, por los medios de comunicación, "Primavera Árabe", en clara alusión a la "Primavera de Praga".

Manipulaciones mediáticas aparte,  ya abordaré este tema, no sé si ahora o más adelante, lo que queda claro es que la información que recibimos a través de los medios oficiales, e incluso alternativos, está muy sesgada, bien sea por intereses económicos, bien sea por intereses ideológicos.

Esta alusión viene a cuento del título de la entrada de hoy en mi blog, porque en torno a los hechos en Egipto, en torno a los sucesos en Libia, y ahora en Siria (de Túnez no tengo tanta información, ni tampoco de Yemen), se dan unos fenómenos que son meritorios de reflexión.

Ayer hice unas preguntas a varios de mis contactos; ¿Qué opináis acerca de los que acontece en Siria?

Como era de esperar, cada cual emitió un juicio distinto, pero lo que más prevaleció fue la idea de que es necesario "acabar con el Régimen de Bashar al Assad" porque el pueblo reclama la libertad.
Las noticias sobre Siria son confusas; los medios oficiales hablan de una sangría perpetrada por el gobierno que las autoridades sirias niegan. Éstos acusan al Ejercito de Liberación Siria de estar llevando a cabo matanzas sistemáticas que posteriormente presentan como gente asesinada por el gobierno.
De Siria llegan imágenes tomadas por viandantes que informan o bien de matanzas, o bien de manifestaciones populares en favor del gobierno.

Lastimosamente, una no sabe ya que creer, si no lo puedo ver con mis propios ojos.

Pero más allá de todo esto, finalmente me quedó una reflexión, una idea suelta.

¿Cual es el fundamento de la libertad?
Quiero decir, ¿da igual la razón en la lucha?

Y digo esto, porque al comentar mis dudas sobre la razón en la lucha del Ejército Sirio de Liberación, y si realmente su victoria significaría la victoria del pueblo, una de mis contactos (ella sabe a que conversación me refiero) me dijo:

- Lo importante no es lo que venga después, sino el presente, y este es el fin de un dictador.

Pero sobre esa reflexión nosotros construimos una democracia descarnada que en la actualidad muestra su cruda realidad; y no es otra que "NO CONSTRUIMOS NINGUNA DEMOCRACIA".

Porque antepusimos cualquier reflexión previa a la defensa de la libertad como concepto vacío.

Esto está pasando en Egipto también. Tras la caída de Mubarak muchos han pensado que la democracia estaba a las puertas, pero los propios egipcios saben que la democracia tendrán que conquistarla con la lucha firme, y sobre todo, con la razón en la lucha (con la sangre y el sudor ya lo están haciendo).
Y en Libia, vimos morir a Gadafi, torturado, a manos de los "libertadores", con una crueldad indigna.
En ambos lugares se han constituido cámaras  que los medios internacionales saludan como un paso previo a la democracia, con un sistema pluripartidista y un modelo electoral similar al que nosotros pretendemos cambiar aquí en España, por no ser democrático en absoluto.

En Egipto ha sido elegido presidente el candidato de Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, una formación de ideología conservadora y neoliberal. Sus primeras medidas están  dirigidas a lavar la cara para simular un proceso de cambio, en mi opinión inexistente; por ejemplo, se ha reunido con el presidente de la autoridad palestina, en un claro intento de mostrar un cambio en la política exterior de Egipto. La política de Mubarak sobre Palestina fue punta de lanza en los movimientos sociales y obreros del 2011.
Sin embargo, ni EEUU ni la UE, pueden ocultar su tranquilidad ante el hecho de que "todo queda bien atadito", como quedó en España tras la dictadura de Franco.
Las políticas de la nueva administración surgida tras la caída de Mubarak no van a suponer un cambio sustancial en el modelo social y económico. Por lo tanto, no supondrán ningún cambio, tampoco en la cuestión de las libertades, más que un leve maquillaje.

En Libia, el partido que ha ganado las elecciones Alianza Laica, es también de tendencia liberal. El nuevo presidente, Mahnoud Jabril, que formó parte del Consejo Nacional de Transición, la oposición bendecida por EEUU y la UE, es partidario del liberalismo económico. Fue él quien promovió como jefe de la Junta Nacional de Desarrollo Económico, el acercamiento de Libia a occidente y la liberalización (privatización) de sectores de la economía, hecho que generó grandes desigualdades, que dieron lugar a los movimientos de protesta iniciales contra el gobierno, durante los tiempos de Gadafi.

Con esto pretendo mostrar que el derrocamiento mediante las armas de los sistemas anteriores no ha significado la constitución de parlamentos y constituciones  democráticos, pues el modelo político sobre el que se está consolidando eso que dan en llamar "democracia", no es otro que el modelo previsto por los organismos económicos internacionales; FMI y Banco Mundial, gobernados por "los mercados", o los capitalistas, gente con nombre y apellidos que concentran la mayor parte de los recursos mundiales en sus manos.

Es por ello, que me planteo hasta que punto debemos, la gente que reivindicamos la justicia social y económica, la libertad, la paz y la solidaridad entre pueblos del mundo, apoyar acciones provinientes de grupos armados cuya razón en la lucha no está claramente ligada al ideario de la justicia social.

En Siria tenemos un escenario en origen parecido a los anteriores casos, y diferente en su desarrollo. El Ejército Libre de Siria solo ha comunicado que su objeto es el derrocamiento de Bashar al Assad, pero desde Turquía, el gobierno reconocido por occidente en el exilio, que curiosamente se denomina Consejo Nacional Sirio (casi igual que en  caso Libio), y con grandes influencias de los Hermanos Musulmanes, sigue con atención sus pasos.

Considero que no es una cuestión secundaria cual es el posicionamiento ideológico del grupo armado en una lucha, porque en una auténtica revolución las armas son el medio y no el fin.
La revolución no es en sí el derrocamiento de un gobierno o una dictadura sin más, sino la transformación integral de la sociedad hacia un modelo solidario y de justicia social, si no es así, no es más que una guerra, una sangría.
La Revolución es lo que sucede después del triunfo armado. Y si tras un triunfo armado lo que se establece es un parlamento de corte liberal, ahí no hay democracia, ni revolución, ni nada.

No hay que ser muy listo para adivinar a quien está beneficiando todo este movimiento armado en Oriente Medio y Próximo.
Desde luego a EEUU, y muy especialmente a Israel, ambos se lucran del negocio armamentístico. En otra ocasión argumentaré mi opinión sobre la jugada sionista-neoliberal en estos países.

Mucha gente que venera la imagen del Che Guevara como revolucionario, ahora pretende ver a los "guerrilleros" Sirios, y también a los que hubo en Libia, como el presente de la lucha armada, contra la dictadura en estos pueblos.
Sin embargo, vimos al CNT Libio armado cometer atrocidades y matanzas que están fotografiadas, no solo me refiero a la tortura del propio Gadafi, sino al asesinato de cientos de personas por ser consideradas Gadafistas.
El Che Guevara nunca torturó a nadie, y sobre todo nunca hubiera desarrollado la lucha armada para defender el modelo de sociedad propuesto por los políticos opositores a estos régimenes, de tendencia liberal todos ellos, pues era de ideología marxista, y esta era la razón de su lucha. Por eso es un auténtico revolucionario, como lo fueron otros similares a él.

Lo que se prepara en el mundo árabe es la caída de unos modelos de autoritarios nacionalistas, vigentes desde los años 60 en adelante, y su sustitución por un modelo político plutocrático liberal burgués, similar al que actualmente nosotros intentamos combatir.

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