domingo, 11 de marzo de 2012

La Democracia Participativa: El ciudadano y la política.

El concepto política tiene como raíz la palabra griega "poli" (ciudad). La política es el conjunto de actividades y trabajos que llevamos a cabo para administrar y organizar la ciudad.

La poli no era solo una ciudad, era una ciudad-estado. Esto significa "una ciudad autogestionada", con un gobierno propio. Es el origen del estado.

Dicho esto, solo me resta decir, que para que la política sea democrática, y quiero con esto referirme al proceso de toma de decisiones que llevan a gestionar y administrar nuestras "polis", es necesario que sea el ciudadano quien intervenga directamente en este proceso.

Desde el S.XVIII, con la difusión del movimiento ilustrado y sobre todo con la proliferanción de las ideas liberales se establece el concepto de democracia representativa. Desde un punto de vista teórico se dice que es el modo de hacer posible el proceso democrático ya que es imposible que todos los ciudadanos intervengan en el proceso de toma de decisiones.

Pero ¿es esto verdad?

Las Revoluciones Burguesas supusieron el ascenso de un grupo social, la burguesía, al proceso de toma de decisiones, ellos reclamaban su derecho a tomar parte de la vida política.

La burguesía estaba representada en varios grupos sociales con diversas situaciones económicas.

Integraba el Pueblo LLano o el Tercer Estado. Este gran estamento estaba compuesto por campesinos y burgueses. El burgués era el habitante del burgo (la ciudad). Dentro del campesinado y de la burguesía existían diversas situaciones económicas. El burgués realizaba actividades artesanales y comerciales, así como profesiones libres (médicos, maestros, etc.)
La capa superior de esta burguesía estaba representada por gente que había hecho fortuna a través de las nuevas prácticas comerciales, y sobretodo, cambistas, gozaban, por tanto, de poder económico pero no político. Este hecho les llevó a tener interés en acceder al proceso de toma de decisiones, pues el único modo de consolidar un poder concreto es ese, pero la reivindicación se hizo extensiva al resto del Pueblo LLano para legitimarla y darle fuerza.

El ideario ilustrado y liberal habla de soberanía popular, de libertad e igualdad de los hombres desde un punto de vista jurídico. Pero no cuestiona en ningún momento la desigualdad.
Los ilustrados del S.XVIII eran intelectuales pertenecientes a la alta y media burguesía con un sentido muy arraigado de la jerarquía social. En el "Contrato Social" Rousseau afirma que dicho sistema, que no consiste más que en un acuerdo entre las distintas partes de un Estado, puede desarrollarse con independencia de la forma de gobierno; es decir, que admite la posibilidad de compaginar el contrato social con una monarquía si el soberano lo integra. La soberanía es para ellos una responsabilidad del individuo por el interés común.

La alta y media burguesía del S.XVIII se valió del ideario ilustrado para favorecer su acceso al sistema de toma de decisiones, pero no tuvo ninguna intención de que fuese un derecho extensible a la mayoría, porque para ellos no fue más que un vehículo de fortalecimiento de su poder con respecto a los otros poderes; la Iglesia y la Nobleza.

De tal modo, observamos cómo la trasnformación del concepto democracia clásica hacia democracia representativa responde a los intereses particulares de la clase social que lideró el proceso revolucionario, cuyo único objeto era la la consecución por dicha clase social del control de la política.

Nuestra actual democracia se fundamenta en esos mismos principios, y a pesar de que existe sufragio universal y, en apariencia, partidos políticos que nos representan, nos encontramos bajo una estructura superior en la que se deposita todo el sistema; la estructura económica dominada por élites que monopolizan todo, y que son el principal medio de financiación de los partidos políticos y de las instituciones que debieran servir para regular el Estado y los derechos de los ciudadanos.








No hay comentarios:

Publicar un comentario