domingo, 1 de abril de 2012

¿Qué es la democracia participativa?

La democracia exige un elemento esencial, que la soberanía resida en la ciudadanía o pueblo. Existen diversos modos de ejercer la soberanía. El más extendido es la soberanía indirecta, es decir mediante representantes.

Las democracias populares típicas de los sistemas socialistas y comunistas se organizaban mediante el modelo asambleario, pero el poder de las asambleas fue variable, dependiendo de la etapa histórica e incluso el lugar, y muchas veces, limitado.

El modelo asambleario pretende ser un sistema de soberanía directa. En el modelo socialista soviético el sistema asambleario no era horizontal, pues se organizaba de forma piramidal. Lo que limitaba mucho el poder asambleario. El desarrollo del sistema, sin embargo, estuvo muy relacionado con la construcción de una política externa militar de bloques con respecto al capitalismo, y con el poder otorgado al Partido Comunista dentro de la organización global.

El modelo horizontal es el propuesto por las corrientes libertarias. Pero hasta la fecha no se ha desarrollado en la práctica como modelo de estado, aunque sí se han dado experimentos concretos y eventuales, como por ejemplo durante la Guerra Civil en España.

En la actualidad podemos encontrar el modelo cubano, que se fundamenta en las ideas de Jose Martí, con respecto a la democracia participativa, y también, en el modelo socialista.
Con el objeto de corregir los fallos del modelo soviético, desarrollaron un sistema de asambleas ciudadanas, con la intención de que fueran soberanas e independientes del PCC.
La materialización de esto es el hecho de que no sea obligatorio ni necesario pertenecer al él para ser electo por las asambleas. Y que el PPC no tenga potestad para postular candidatos en las elecciones, tanto municipales como generales. Solo postulan las asambleas de ciudadanos. Es un modelo apartidista que únicamente contempla la existencia del Partido Comunista, sin que éste pueda intervenir el proceso asambleario ni presentar a sus miembros a las elecciones.

La democracia participativa va más allá del modelo organizativo, debe ser transversal a la sociedad. Esto siginifica que debe permitir la participación directa de todos lo colectivos sociales.
Una democracia es participativa cuando la toma de decisiones recae directamente en la ciudadanía, o cuando establece mecanismos para ello. Y para que esto sea posible, es esencial que sea apartidista, pues el partido es una herramienta de representación y no de soberanía directa.

En una democracia participativa una ley laboral debe ser discutida, debatida y votada directamente por los trabajadores y los sectores sociales afectados.
Nuestro modelo permite esto solo a través de los representantes sociales (sindicatos y organizaciones empresariales).

¿Como se podría hacer?

Pues, mediante un modelo asambleario, organizado para esas cuestiones concretas, con un periodo pactado para el análisis, debate y propuestas hechas al proyecto por las asambleas, aunque este, evidentemente, estuviera hecho por tecnócratas o especialistas.

La tecnología abre nuevas posibilidades a la participación directa las cuales también debemos aprovechar.


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