jueves, 31 de enero de 2013

La cueva de Alí Babá.

Hace una semana volvía de Cáceres. Viajaba en autobús. Había olvidado cargar el MP3 y el hilo musical del vehículo era la comparecencia en el Congreso de los Diputados del Ministro de Hacienda; Cristóbal Montoro.
La razón de su comparecencia eran los sobres con dinero B, nueva forma de denominar al dinero negro desde que Bárcenas hiciera público este modo de "premiar" la labor de algunos de los dirigentes de dicho partido.
La noticia ha caído en el PP como una bomba de relojería. Ellos que iban por ahí dándose golpes de pecho frente a los casos de corrupción que llenaron las páginas de los periódicos en los años de Felipe González.
Ellos que han hecho la campaña electoral en Andalucía a costa de los famosos ERE irregulares de la Junta de Andalucía.
Ellos que en boca de su Secretaria General, María Dolores de Cospedal, son el partido de la honradez: 


"Quedaos bien tranquilos, que estáis en un gran partido que defiende la honradez y la decencia y éste un partido en el que quien la hace la paga, quedaos bien tranquilos"
Dice la dama de rostro impenetrable.

Todos esperaban escuchar la explicación del Ministro en relación a las declaraciones de Luís Bárcenas, que fue tesorero del Partido Popular hasta que estallara el escándalo del caso Gürtel, en el cual está imputado. Éste había admitido haberse acogido a la Aministía Fiscal para reflotar dinero negro sin ser castigado por defraudar a la hacienda pública.


Y Montoro llegó y nos habló de su "regularización fiscal" jurando casi en hebreo que todo era mentira, porque nadie que estuviese siendo investigado por el fisco podía acogerse a la Amnistía...


"Ay infelice, apurar cielos pretendo!"


Y es que que haya corrupción es un hecho gravísimo, y que se repartan sobres con dinero que jamás se declaran a hacienda, y que los políticos de nuestro país se dejen sobornar por banqueros, constructores o multimillonarios yankees que vienen a montar Eurovegas, y un largo etcétera.


Sin embargo, mucho más que todo eso, lo es el hecho de que para justificar un robo el Ministro de Hacienda de un Estado en cuya Constitución hay un artículo que dice lo siguiente: 



1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
3. Sólo podrán establecerse prestaciones personales o patrimoniales de carácter público con arreglo a la Ley.


Nos comente las presuntas bondades de una ley que está diseñada para "amnistiar", o lo que es lo mismo, "perdonar" a aquellos que llevan años estafando a la Hacienda Pública. 


El problema no es Bárcenas o sus sobres, el problema es que en nuestro país puedes ir a la cárcel si te encuentras una tarjeta de crédito en la calle y llevada por la desesperación que da el desempleo y la escasez intentas comprar con ella unos pañales y comida para tus hijos, pero si defraudas a la hacienda pública en miles de millones el gobierno te premiará con una ley que te facilite el robo, a cambio de que del dinero robado devuelvas un porcentaje prácticamente ilusorio que será destinado, junto al resto de los impuestos que estamos pagando (el resto), al pago de la deuda soberana que contrajeron los señores banqueros como Emilio Botín y algunos más cuando jugaban al Monopoly mundial con sus colegas.


La Constitución tiene un nuevo artículo desde el año pasado que prioriza el pago de la deuda sobre cualquier otra necesidad. Esa deuda la estamos pagando con nuestros salarios, con nuestra educación, con nuestra salud, con nuestras viviendas, y próximamente con nuestro trabajo esclavo para multinacionales que vendrán al olor de la reducción de los costes de producción.


Pero, no nos pongamos nerviosos... tranquilos majetes... que con esta regularización hemos conseguido reflotar unos cuantos eurillos del total robado.


¡Si al menos fueran 40 ladrones!





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